En el año 2004 por referencia de nuestro gran amigo el Dr. Jorge Carluccio, incorporamos a nuestro equipo a el Dr. Nicolás Barrenechea, joven veterinario cuya inquietud curiosamente era trabajar en nuestro haras. Al poco tiempo me comentó que si yo estaba de acuerdo el estaba convencido que quería quedarse trabajando para siempre. Fue así que decidimos que su señora, la Arq. Chiara Carluccio remodelara una casa existente en el haras a su gusto, y se instalaran en el lugar. Hoy tienen tres hijos, Tomás, Juanita y Aparicio, que juntos con los nuestros, Inés y Matías, formamos una gran familia. Chiara con su profesión y sus magníficas ideas ha colaborado permanentemente en todas las obras edilicias realizadas.
Por consejo del Dr. Carluccio, Nicolás continuó sus estudios, y se especializó en genética, adquiriendo experiencia aquí y en el exterior, por lo cual hoy en día es consultor en ese tema. Y es así que con Rosina manejan el haras formando un gran equipo.
Con la reapertura del Hipódromo de Maroñas, además de caballos en descanso, comenzamos a recibir potrillos para domar, luego destetes para criar, más tarde algunos haras tercerizaron su actividad de cría en nuestro establecimiento y así seguimos creciendo en servicios e invirtiendo en instalaciones.
En el año 2008, un grupo de amigos criadores importaron un padrillo y luego otro, y otro. Y sin quererlo nos convertimos también, en una estación de montas.En base a dedicación completa y reinversión permanente, es que hemos desembocado en lo que hoy es Haras Rapetti, con 200 hectáreas a 23 km del hipódromo de Maroñas, 74 boxes, 40 corrales, maternidad, padrilleras, picadero, galpón de montas, área de cuarentena, bebederos automáticos en todo el haras, etc.
Si miro hacia atrás, desde aquella helada que me obligó a empezar a vender alfalfa en Maroñas, después de tantos amaneceres, siento que mi mayor sueño esta cumplido: vivir con mi familia en nuestro propio paraíso, compartiendo el amor por trabajar en este lugar.